Los administradores de edificios de todo tipo y de cualquier sector: institucional, corporativo, empresarial, residencial o industrial, parecen pertenecer a un gremio casi olvidado. Y es que cuando todo resulta perfectamente ellos son aquella “mano invisible” que hace que todo esté en su lugar y que funcione perfectamente.
Ante la más insignificante falla en un edificio surge el caos y el administrador de la propiedad aparece como un súper héroe para solucionar el problema. Es entonces cuando inquilinos, empleados o quienes permanecen más tiempo en un lugar recuerdan con necesidad, más que con gratitud, al administrador del edificio, a su facility manager.
Es por esta razón que desde GERENCIA DE EDIFICIOS destacamos gratamente la labor de este personaje en todos los ambientes e industrias. Somos plenamente conscientes de la importancia de su rol en la cadena productiva de cualquier compañía y, precisamente, de su imprescindible trabajo nace la enorme necesidad de capacitación y formación que requieren para llevar a cabo con calidad su oficio.
En América Latina ha venido tomando fuerza esta idea, que se ha transformado más en un objetivo claro del gremio de los gestores de edificios e inmuebles: la de estar en constante actualización y aprendizaje. Tanto técnicos como profesionales son enfáticos al afirmar que es urgente la ampliación de una oferta académica incluyente con todas las ciudades de la región y que aborde todos los niveles de formación en el oficio del facility manager.
A este llamado se han sumado asociaciones, universidades y empresa privada, promoviendo iniciativas que suplan esta necesidad. Algunas de ellas son TecnoEdificios y RefriAméricas, congresos académicos, que en conjunto con la Asociación de Gestores de Edificios Modernos (AGEM), han venido consolidándose como una alternativa capacitación de alto nivel y propiciando espacios en los que la ideología colaborativa, el networking y el compartir conocimientos son la premisa fundamental.
Invitamos pues a nuestros lectores para continúen enriqueciendo esta dinámica formadora con sus ideas y sus inquietudes, a no perder nunca la sed de conocimiento, pues de ella se deriva la evolución, el crecimiento y el fortalecimiento en beneficio de la región.
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