Por Ana María Restrepo
Dicen que los ojos son el reflejo del alma y mediante ellos algunas personas expresan ternura y amor, otros pasión y responsabilidad y otros un profundo conocimiento, pero hay algunos seres humanos que conjugan todo esto en su mirada y transmiten una energía inigualable como es el caso de Manuel José Molina Aristizabal, gerente general del Dann Carlton Medellín, Colombia.
El año pasado, la Asociación Colombiana de Periodistas de Turismo, ACOPET, entregó a Manuel el premio “Rosa de los Vientos” al ser reconocido como el mejor hotelero del país 2008.
Pero éste no es el único reconocimiento que este colombiano ha recibido durante su trayectoria. También fue elegido como el mejor ejecutivo de Antioquia y del país; ha sido reconocido como hotelero y gerente del año, dirigente cívico, y ha recibido galardones y medallas del Concejo y la Alcaldía de Medellín, igualmente fue distinguido por su calidad humana, apoyo y colaboración y su compromiso con la seguridad ciudadana”.
El hombre calidad
Manuel es un hombre común a quien su carisma y espíritu altivo lo hacen ser un líder por naturaleza; para él la calidad no es sólo un conjunto de propiedades por las que hay que trabajar diariamente sino una condición de vida.
Su carrera en la industria comenzó cuando se graduó como Gerente Hotelero. Luego se especializó en costos hoteleros en diplomados del Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje) y en el Externado de Colombia, en Marketing turístico en la Escuela Superior de Turismo de México, Brooker de Marriott con capacitaciones en Orlando. Asimismo ha sido director de programas de especialización y catedrático de Hotelería y Turismo en las diferentes escuelas de turismo en Antioquia.
Manuel es conocido en el medio con el apelativo de “el hombre calidad”, pues siempre está buscando la satisfacción total.
Este profesional tiene una convicción: quien trabaje a su lado debe tener la ambición de crecer, aprender y triunfar sin perder la humildad. Además tiene por primicia que la clave del éxito es levantarse temprano, trabajar hasta tarde y descubrir petróleo, es decir, sudar la camiseta.
Una vida de empeños
Al igual que muchos profesionales de la industria de la hostelería, Manuel trabaja para sacar adelante sus proyectos y los proyectos de la ciudad que lo ha visto crecer personal y profesionalmente.
Él es uno de los pocos personajes que puede decir que ha pertenecido en su trayectoria a todos los campos del sector turístico: hoteles, agencias de viajes, mayoristas, OPC (Operadores Profesionales de Certámenes), presidencia de gremios, restaurantes, juntas privadas y públicas, además de incursionar en sectores como el inmobiliario, el de carga y el automotriz.
Su amor por el turismo le ha permitido tener ideas innovadoras y participar de los grandes acontecimientos y entidades de Medellín. Manuel fue partícipe de la fundación en del Buró de Convenciones en años anteriores, así como de la creación del G6, grupo que trabaja por el turismo de Medellín y Antioquia, la Bolsa Turística de Antioquia (hoy de las Américas), Bolsa de Comercio, Punto Cadeneta y Festival Gastronómico de Antioquia.
Su historia en la hostelería comienza cuando era joven y entró al mundo del turismo porque no encontraba un norte en su vida y lo único que quería era trabajar en algo divertido. Sus comienzos se remontan a sus16 cuando comenzó a laborar, al mismo tiempo que estudiaba, en un restaurante famoso en esa época “Restaurante Podesta”. También estuvo trabajando en San Andrés Islas, pero luego se radicó en Medellín, y aunque Manuel tuvo la oportunidad de trabajar afuera decidió “echar raíces” en su tierra. “Pasé por el Club Unión en su época de oro, por el Hotel Poblado Plaza, por Hoteles de la cadena Dann en Medellín”.
Molina estuvo presente en la construcción y apertura de hotel Dann Carlton en Medellín, del Hotel Dann Carlton Belfort, del Hotel Dann Carlton Barranquilla y del Hotel San Fernando plaza.
“Hace más de 12 años recibí una llamada de un gran señor llamado Boris Spewak quien en ese momento era el Presidente de la cadena Dann, lo conocía por referencia, me dijo: ¿Manuel puedes venir a una entrevista a Bogotá?, yo acepté y fui dos horas a Bogotá, no me entrevistó, me dijo “quiero que trabajes con nosotros” la propuesta es ésta, te presento en la próxima junta en Medellín a los socios. Le dije: Sr. Boris no le he entregado mi hoja de vida y usted no me ha entrevistado” y sólo me dijo: dame la hoja de vida, todo lo demás ya lo se ¿cuándo empiezas?, yo de inmediato acepté”.
Este profesional cuenta que fue el creador del “Service Charge” en la hotelería y orgullosamente recuerda: “fuimos los primeros hoteles en montar los programas de “calidad” antes de las certificaciones, logramos crear los programas de fidelización de la cadena, también contribuimos con nuestra estrategia a que la cadena sea una de las marcas más destacadas en Colombia con proyección mundial”.
Estilo, calidad y amor
El estilo de vida de Manuel se enmarca en estar siempre en la jugada, es un trabajador incansable, madrugador y trasnochador por excelencia, pero ante todo humano y noble.
Como directivo enfrenta retos día a día y busca la mejor forma para salir adelante. Molina se concentra en trabajar con pasión, ser obsesivo con los detalles, estar permanentemente actualizado y ser altamente creativo, además le transmite estas premisas a su equipo de trabajo.
Dentro de esta vida de ganancias laborales y profesionales, Molina tiene los mejores regalos: su esposa Sandra y su hijo Dominick de ocho meses y medio quien roba todas las miradas.
Pero no sólo la hostelería y la familia colman los días de Manuel. El cocinar y crear platos especiales en familia es una de las grandes pasiones de este profesional quien se graduó de chef en sus inicios con el cheff Segundo Cabezas, además este hobbie le permite desestresarse y desconectarse un poco del día a día. Tiene además una cava de vinos y licores que él mismo describe como un disfrute.
“Disfruto estar en casa cerca de la represa, les compro frutas a los pájaros y las ardillas en los cebaderos y verlos llegar es de película. Me encanta conversar, hablar de deportes, política, economía, turismo, gastronomía. Juego ajedrez, jugué futbol, hoy veo el de Europa y Argentina eso sí es un espectáculo” comenta.
Los viajes también hacen parte de su vida cotidiana y de ellos siempre trae una nueva idea de negocio.
Balance económico y profesional
Hoy en día el tema más polémico ha sido la economía mundial y la situación actual del mercado y la hostelería. Respecto a esto, Molina considera que se debe ser positivo, no caer en el círculo de la queja, buscar las oportunidades en las crisis, siendo prudentes, creativos, además de trabajar el triple. “La economía mundial es una realidad, todas las empresas paisas han tenido altos crecimientos en el 2007, 2008 y en el 2009 hay optimismo con prudencia, pero están llegando e iniciando las inversiones más grandes de toda la historia de la ciudad, departamento y muy seguramente del país”.
Y es que este hotelero considera que su ciudad puede ser una de las mejores de Colombia y América Latina en cuanto a turismo se refiere. “Medellín es la ciudad con mayor crecimiento en oferta hotelera, pero también es la ciudad de grandes oportunidades futuras, es la ciudad y el departamento con más grandes inversiones futuras inmediatas, será uno de los destinos más competitivos de Suramérica, están llegando grandes inversiones extranjeras. Es una ciudad de grandes oportunidades, congresos, convenciones, salud, cultura, compras, textiles y moda. Es una ciudad y un departamento con grandes ambiciones turísticas, es decir, aunque el 2009 puede ser un año complejo por la crisis mundial, también es una ciudad que está en pleno desarrollo” aservera.
Para Manuel un gerente hotelero es un hombre público, un hombre de la sociedad, quien debe ser relacionista público, un gran “contacman”, un ejemplo, un maestro, y psicólogo.
“Pienso que lo más importante es trabajar siempre en el mejoramiento continuo del producto y el servicio. Siempre buscar la excelencia y hacer que el huésped se sienta como en casa. Cuando se trabaja en hotelería tenemos que vibrar con esto. Igualmente generar un buen clima laboral, que se refleje en la atención al cliente. Todo esto se revierte finalmente, en clientes satisfechos, que te llevan a obtener resultados económicos” expone.
Asimismo agrega: “la industria de la hospitalidad y del turismo tiene que tener gente apasionada con su trabajo, gente que vibre, gente con calidez y ante todo sin horarios, no paramos un segundo en la vida”.
Expansión de la industria
El futuro de la industria de la hostelería en América Latina se ha mostrado como positivo desde que se inició la crisis en Europa y Estados Unidos. En Colombia se ha presentado un gran avance, el servicio y la amabilidad de los colombianos es innato y de acuerdo a la región o departamento que se visite se tiene un sentido de calidez y autenticidad diferente, y según Manuel eso es lo que hace que cuando un hotelero colombiano traspasa fronteras se destaque dentro de los mejores.
La política de seguridad democrática y los beneficios de renta han hecho que las grandes cadenas del mundo pongan sus ojos en el país. “Colombia es una nación con una dinámica impresionante, estos “jugadores” del mundo han entendido que en el país, por su alto nivel de servicio no ganan de marca, tienen que nivelarse a nuestros estándares y para nosotros es importante ya que nos motiva a afianzarnos, a consolidarnos, a pensar que no estamos solos y a ser cada día más competitivos con una alta “calidad”, nuestra industria seguirá teniendo grandes desarrollos y con la llegada de nuevas aerolíneas nos consolidaremos como un país importante turísticamente hablando en Suramérica.”