Muchos de nuestros amigos hoteleros cayeron en el grave error de reducir sus inversiones por culpa de estos fenómenos. Quizá fue una reacción instantánea, sin embargo, aquellos que ya tenían presupuestado renovar su hotel o construir uno nuevo en algún país de América Latina buscaron ofertas tecnológicas que en principio fueran económicas y viables dentro del presupuesto.
¡Grave error! Un hotel no solo necesita ofrecerle el mejor de los servicios al cliente, también debe tener en cuenta que la seguridad en su infraestructura es tan valiosa como la satisfacción de un huésped, y por ello debe asesorarse con las compañías que tengan la capacidad de ofrecer lo último en tecnología.
¡Cuidado! Muchos de ustedes dudan al momento de hacer su elección, por aquello del precio. Pero, por qué no analizar que casi siempre lo barato sale caro y la reparación o renovación constante de esos equipos que adquirió por un valor económico le puede valer mucho más que si se hubiese decidido por un sistema más costoso, aunque con una garantía mucho más convincente.
Este no es el caso de todos los hoteleros y con esto no pretendo decir que la industria está pecando por conservadora, pero he conocido casos expuestos por importantes compañías integradoras que al momento de ofrecer sus soluciones son rechazadas por el costo, sin ni siquiera escuchar la propuesta de valor agregado.
Piensen que ésta es una inversión que el huésped le agradecerá indirectamente, porque en la actualidad el cliente analiza hasta el más mínimo detalle cuando de alojarse en un hotel se trata. Haga una inversión importante en sistemas de seguridad, en ahorro de agua y energía, que en el futuro se verán los frutos.
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