Internacional. Investigadores del grupo “Ingeniería de Materiales y Minera” de la UJA desarrollaron un nuevo sustrato más sostenible y económico. A partir de arcillas procedentes de la industria cerámica de Bailén y residuos resultantes de la fabricación de la cerveza, ricos en materia orgánica como el lodo de la depuración de sus aguas, el bagazo o las tierras de diatomeas —un alga empleada para su filtración—, consiguieron un material muy poroso y con gran capacidad de absorción de agua, lo que permite su uso en la plantación de zonas verdes. Además, consiguieron unas propiedades aislantes adecuadas para situarse sobre edificios sin sobrecargarlos, al ser más ligero que los que se usan en la actualidad.
Concretamente, se pueden emplear en la capa de drenaje en la estructura de los tejados verdes donde se siembran las plantas. Estos materiales, que contienen la mezcla de arcillas y residuos, se tratan con un sistema de cocción específico. El método requiere menos tiempo y coste energético que otros, ya que el propio residuo aporta energía en el proceso. Además, consiguen que sea más ligero para instalarse en jardines de edificios sin sobrecargar su estructura, tanto en horizontal sobre los techos, como en vertical sobre las paredes. También podrían usarse como relleno para hacer al hormigón más ligero en la construcción de edificios o carreteras.
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