La selección de un sistema de aires acondicionados puede contribuir a mejorar el bienestar de los huéspedes. Del equipo que se adquiera dependerá el rendimiento y el consumo de energía.
por Vanesa Restrepo
El hotelero es un negocio que deriva su sustento a partir de dos postulados básicos: confort y buen servicio. En el caso del primero, lo que un huésped busca es un lugar para descansar que sea cómodo, bien ubicado, que disponga de los elementos que necesita (internet, televisión, telefonía, amenities, etc.) y que tenga un ambiente agradable.
Si el hotel está ubicado en una zona de playa, el aire acondicionado será un elemento decisivo: de nada sirve tener un establecimiento bien decorado y con todas las comodidades, si el huésped no podrá dormir por el calor.
Pero el ofrecer condiciones de confort adecuadas conlleva una serie de detalles que, de no ser considerados a tiempo, generarán costos extra al hotel, incomodidad a los huéspedes y aumentos en la factura de la energía.
Paso a paso
Antes de pensar en el tipo de equipo que se instalará en el hotel, los expertos en aires acondicionados recomiendan realizar un análisis financiero del hotel para encontrar una solución que se adapte a las necesidades y al presupuesto. “Hay que analizar el costo total del equipo, la vida útil de cada una de las soluciones disponibles en el mercado y, sobre todo, verificar que el consumo eléctrico no sea muy alto”, asegura Jaime Jiménez, director de la firma Trane, especializada en equipos para acondicionamiento del aire.
Una vez se ha determinado el presupuesto y las opciones disponibles para elegir, debe prestarse especial atención a la zona donde esté instalado el hotel, pues las condiciones climáticas hacen necesarios algunos controladores extra o sensores, entre otros. En palabras de Jorge Gaitán, director de Marketing de la multinacional Lennox, “si se está construyendo en hotel en el Caribe siempre se debe considerar la humedad relativa, por ejemplo.”
Así mismo, deberán considerarse otras variables como el espacio designado para el equipo, el costo energético, limitaciones arquitectónicas, redundancia, y requisitos de niveles de ruido, según explica Fernando Pujalt, representante de la firma Carrier, de gran tradición en la industria de aires acondicionados.
La asesoría con los fabricantes de los equipos, un instalador certificado y un ingeniero que esté en capacidad de calcular las cargas de refrigeración según el espacio y el nivel de ocupación que tendrá, también son aspectos fundamentales.
No es lo mismo acondicionar el aire para una habitación doble, que estará ocupada máximo por dos personas, que para una familiar, en la que podrán interactuar hasta cinco personas al mismo tiempo, o un salón de convenciones en el que estarán entre 100 y 400 ocupantes simultáneamente.
Fallas que cuestan
No hay una situación más difícil de manejar que la llamada de un huésped a la media noche quejándose por el ruido que genera el aire acondicionado de su habitación o porque este equipo congela hasta niveles glaciares.
Sin embargo, estas son dos de las fallas más comunes que los hoteles deben resolver luego de tener instalado un sistema de aire acondicionado. De acuerdo con los expertos consultados por GERENCIA DE HOTELES & RESTAURANTES, este tipo de situaciones son la consecuencia de malos cálculos en el tamaño de la habitación, no consideración de variables especiales como la humedad del sitio y el número de espacios de ventilación: ventanas, rendijas, puertas y paredes.
“Los errores más comunes pasan por no haber considerado el espacio físico adecuado para la instalación y mantenimiento del equipo”, asegura Pujalt, de Carrier, y explica que los altos niveles de ruido también son producto de malos cálculos o de equipos inadecuados.
Pero la responsabilidad no siempre corresponde al área ingenieril, pues la gerencia está más involucrada de lo que se esperaría. De acuerdo con Jaime Jimenez, de Trane, “la principal falla en el mercado es que la decisión de compra se basa únicamente en el costo inicial del equipo”; es decir, en lugar de evaluar cuál es el equipo con vida útil más grande, cuál requiere menos mantenimiento y menores recursos para operar, los responsables del hotel suelen buscar el sistema más barato.
Este tipo de inversiones a menudo fallan en poco tiempo, por lo que nuestros invitados coinciden en señalar que es clave que el aire acondicionado haga parte de los diseños iniciales del hotel. Así, se previenen futuras rupturas de muros para instalar ductos, incomodidades por exceso de ruido en la operación y fallas en el sistema a mitad de una tarde soleada o una noche calurosa.
Sistemas recomendados
Variables como el tamaño de las habitaciones, el número de cuartos por piso y las restricciones de espacio determinan el tipo de equipo adecuado para cada hotel.
Nuestros invitados señalaron que los equipos más demandados por los hoteles son los de tipo PTAK (Package Terminal Air Conditioners), así como los mini-split y los sistemas de agua helada, conocidos también como chillers.
Estos últimos son equipos que circulan agua por todo el sistema en cada piso, y en cada habitación se instala un equipo que se encarga de administrar el flujo del aire. Según Gonzalo Cuéllar, ingeniero de ventas de Samsung Electronics, la ventaja de este tipo de equipos es que no requieren grandes cuartos de máquinas, por lo que los equipos centrales se pueden ubicar en azoteas o pequeños cuartos en cada piso.
El funcionario agregó que la tendencia actual también exige cuidados en el diseño, desde unidades que no sean visibles y que puedan instalarse entre el techo y las lozas; o unidades con diseños minimalistas, estéticos y no muy llamativos.
“Los hoteles de menor categoría suelen utilizar equipos de ventana, pero estos tienen problemas como ruido excesivo del compresor y contaminación visual por los huecos que debe abrirse para pasar los ductos”, explica Jaime Jiménez, de Trane.
Un mercado en crecimiento
Los profesionales consultados fueron claros al asegurar que el mercado hotelero es uno de sus principales clientes, dados los altos y continuos consumos. “El sector hotelero es un sector muy dinámico, y en los próximos años habrá un crecimiento en venta de equipos eficientes energéticamente e integrados con sistemas de seguridad, controles de acceso, CCTV, etc.”, afirmó Jaime Jiménez.
Gonzalo Cuéllar cree que en los próximos años los avances estarán enfocados en el tamaño y el diseño. Agregó que el retrofit o conversión de equipos que ya están operando para que funcionen más eficientemente es una solución viable para los hoteles. “Lo importante es que verifiquen que no son equipos de tipo paquete, porque no son eficientes energéticamente y no operan con refrigerantes ecológicos”.
“Cuando un sistema de aire acondicionado no está funcionando bien y le está costando al hotel mucho dinero en mantenimiento entonces el propietario debe considerar un retrofit para bajar sus costos de mantenimiento”, precisó el representante de Lennox.
En cualquier caso, es importante que el administrador hotelero tenga claro que un buen sistema de aire acondicionado, además de ofrecer confort a los huéspedes, le permitirá tener ahorros de energía. En palabras de Fernando Pujalt: “Un buen sistema permite minimizar la emisión de gases, y contribuye al ahorro de energía. Eso es posible siempre y cuando se considere el sistema de aire acondicionado como un todo, y no equipos por separado”.
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