Cómo pude vivir sin Internet
Y una de las cosas que más me hace sentir como en casa es la conexión a Internet gratuita que ofrecen muchos de los hoteles de la región. Llegar a un establecimiento y sentir que puedes interactuar con el mundo, informarte de todo lo que ha pasado en determinada región del planeta, por los medios que quieres leer y no los que te obligan es libertad. La verdad muchas veces se hace incómodo tener que encender la televisión para ver uno que otro noticiero.
Pero cuando llego a un hotel y me doy cuenta de que para utilizar el Internet tengo que pagar, siento una profunda decepción, pues muy respetuosamente pienso que éste debería ser un servicio gratuito, como la televisión, la radio y en muchos casos el teléfono. Me siento como atrapado, incomunicado, en otras palabras dejo de sentirme en casa. No conozco operativamente el valor de ofrecer este servicio, pero quisiera no pensar que es muy alto para que algunos hoteles hayan optado por no brindarlo.
Una vez hablé con el CEO de la cadena Wyndham y me decía que el Internet era uno de los valores agregados que le estaban ofreciendo a los huéspedes a modo de herramienta para diferenciarse y mantenerse en estos tiempos tan difíciles, que aunque hablan de una mejora económica esta no se verá definitivamente hasta el próximo año.
Cuando supe que el Wyndham lo estaba haciendo sentí cierta satisfacción, pues creo que no soy el único al que le hace falta Internet, más en estos días en los que uno siente la enorme necesidad de enterarse de inmediato de casi todo lo que pasa. Muy a menudo me repito: “No sé cómo pude vivir sin Internet”. Cuando salgo de un hotel donde me restringieron este servicio simplemente exclamo y pienso “cómo pude estar estos días tan alejado del mundo”.