Starwood Hotels & Resorts Worldwide y Promotora TIIM anunciaron en días pasados el debut de la marca Aloft en Cancún, México, una de las zonas caribeñas más apetecidas por todos los viajeros.
El establecimiento está ubicado en la zona hotelera, a un lado del Centro de Convenciones y Exposiciones de Cancún y a un paso de los restaurantes, las tiendas y la vida nocturna.
Aloft Cancún provee a los viajeros un lugar con estilo a un precio accesible, tecnología de punta y una atmosfera social vibrante. Aloft se ha posicionado como una marca indispensable entre los viajeros jóvenes y las siguientes generaciones, puesto que ha orientado su filosofía hacia la música, el diseño y la tecnología.
Aloft Cancún ofrece una experiencia totalmente sensorial, con 177 habitaciones tipo loft, que cuentan con techos de casi 3 metros de altura y ventanas extra grandes, creando un ambiente brillante.
“Desde su lanzamiento, Aloft ha emergido como la elección popular del viajero. Estamos entusiasmados en lanzar la marca Aloft en Cancún, un destino turístico conocido, que está mostrando una demanda en crecimiento por parte del segmento de reuniones y convenciones”, dijo Osvaldo Librizzi, Co-Presidente de la empresa para las Américas.
El ejecutivo agregó que esta apertura también es un paso importante para Starwood, ya que marca su hotel número 25 en México y la entrada de la octava marca al país. Además, permite continuar el impulso de la marca Aloft en Latinoamérica.
La marca Aloft debuto en Latinoamérica en el 2011, con Aloft Bogotá, seguido de Aloft San Jose en Costa Rica. Hoy en día existen ocho hoteles Aloft en operación, bajo contratos de construcción o desarrollo y en la región incluyendo Aloft Panamá. En México, Aloft Guadalajara y Aloft Mérida, están planeados para tener abrir durante el próximo año, mientras que Aloft Asunción y Aloft Montevideo, abrirán sus puertas en el 2015.
El sindicato denuncia que la falta de ese ascensor repercute en el estado de los otros ascensores de subida, reduce las posibilidades de acoger a gente, alarga las filas de espera y degrada las condiciones de trabajo.
La última huelga en ese monumento se remonta a 2010, y duró dos días.
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