Internacional. El InterContinental Davos Hotel fue inagurado en 2013 pero a mediados del año siguiente la empresa que lo manejaba se fundió y hubo que encontrar una nueva administración. Ahora, el edificio más singular de la ciudad suiza lucha por sobrevivir.
Entre los huéspedes más célebres que pasaron por el InterContinental Davos Hotel se encuentran Bono y la actriz estadounidense Goldie Hawn, además de Benjamin Netanyahu y Tony Blair, presidente de Israel y ex Primer Ministro de Inglaterra, respectivamente. Su ubicación sobre un terreno elevado en las afueras del centro, sumado a su singular fachada y su forma ligeramente ovalada (razón por la cual fue bautizada como el "Huevo Dorado") contribuyeron a generar su estatus como el epítome de lo exclusivo, dentro de una ciudad que reúne una vez por año a la crema y nata del poder económico mundial.
El hotel, que fue diseñado por el estudio alemán Oikios GmbH, rápidamente se encontró con obstáculos de peso. La empresa inmobiliaria Stilli Park AG, encargada de gerenciar el emprendimiento, pidió la quiebra en junio de 2014, tan solo seis meses después de su inauguración. Si bien se consiguió una nueva administración, la viabilidad del proyecto todavía está en debate. Es que tras el Foro Económico Mundial, que se llevó hace poco a cabo en Davos, la ciudad de 13 mil personas no cuenta con mayores eventos ni atracciones que demanden grandes cantidades de habitaciones de lujo.
Según Karl Wild, autor de un estudio anual sobre los mejores establecimientos en Suiza, "Davos se muere en la primavera y el verano". "Los hoteles obtienen entre el 20 y el 30% de sus ingresos anuales durante el Foro", explicó en una nota con el sitio Bloomsberg. De hecho, fue por la necesidad del Foro Económico Mundial de contar con mayores instalaciones de lujo que se decidió construir el proyecto de 175 millones en primer lugar. La suerte del InterContinental Davos Hotel será, de alguna manera, el termómetro para determinar si se harán más edificios de este tipo.
En cuanto al diseño, la intención de los arquitectos fue reflejar en la obra la serenidad del entorno. La fachada lisa y brillante, compuesta por 791 de paneles curvos de acero construidos de forma individual, es el reflejo más cabal de esta idea y el sello autoral más importante del edificio.
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