Ser pet friendly es más que una tendencia, es una manera de ver el mundo y de interactuar con el entorno; es, además, un nicho de mercado al que aún le falta mucho por explorar en el mercado latinoamericano de la hospitalidad.
por María Cecilia Hernández Ocampo
¿Admiten mascotas?, es una de las preguntas más frecuentes entre los viajeros de todas las latitudes, en ocasiones es la única condición que un huésped, amante de los animales, tiene en cuenta a la hora de decidir dónde se alojará durante su viaje o sus vacaciones.
Por desconfianza hacia las guarderías de animales, por amor, por apego o porque el dueño debe suministrarle estrictamente alguna medicina a su mascota, y por muchas razones más los amos prefieren viajar con sus fieles amigos del reino animal. Y es que si las aerolíneas ya ofrecen este servicio hace tanto tiempo, ¿por qué no integrar un paquete completo con hospedaje para animales y alimentación incluida?
Cada vez son más los turistas que prefieren llevar consigo a sus perros y gatos, “hay quienes aparecen con todo tipo de aves, hurones, hamsters, entre otras curiosas especies”, afirma Raimond Barquero del hotel Ecoplaya Beach Resort, en México. Esta tendencia ha hecho reaccionar a los hoteleros, quienes han visto en éste un público creciente y exigente una oportunidad.
“Una mascota es tratada como un miembro más de la familia y, en esa medida, los cuidados que el huésped tiene con ella y que exige por parte del hotel están llenos de detalles y con condiciones de garantías, no puede ser un servicio tomado a la ligera, debe ser muy 'personalizado'. A veces son los mismos dueños quienes prefieren ocuparse del cuidado de su mascota”, explica Barquero.
Muchos hocicos por país
Cuando de cuidado hacia una mascota se trata los amos parecen no escatimar en gastos. Recientemente la Asociación Estadounidense para Productos de Mascotas (APPA, siglas en inglés), informó que en 2011 los estadounidenses gastaron más de US$50.000 millones en productos y servicios para sus animales de compañía. De esta cifra unos US$3.790 millones fueron gastos hechos en el rubro de servicios; es decir, hoteles, guarderías y pensiones para mascotas.
En mercados como el europeo y el norteamericano esta dinámica ya no es nueva, lo innovador se está evidenciando en América Latina, donde los empresarios están entendiendo que esta es una oportunidad para la industria turística que no se debe dejar pasar. La consultora Euromonitor aseguró que el movimiento más importante se está dando en Brasil, allí la venta de productos para mascotas superó los US$5.200 millones en 2010, seguido por México con US$1.000 millones y Argentina con US$645 millones, en el mismo año.
En México donde hay alrededor de 18 millones de perros (casi alcanzando la población de niños menores de nueve años y superando la de ancianos), 5,4 millones pertenecen a un hogar, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). “Son cifras significativas que el mercado hotelero debe tener presentes a la hora de pensar en la evolución de su negocio”, comenta Sirce Santibañez, gerente del hotel Vermont de Chile.
Integración y regularización, asignaturas pendientes
El que un hotel sea amigable con la estadía de mascotas tiene muchas limitaciones al prestar este tipo de servicios, sobre todo cuando esto no va acompañado de una ruta pet friendly; es decir, sería muy conveniente que el hotelero tuviera la posibilidad de recomendar un restaurante donde dejen ingresar a los comensales con sus perros, poder sugerir un museo o un parque que tenga esta misma filosofía, obviamente todo con los debidos cuidados y el cumplimiento de condiciones específicas de seguridad tanto para las personas como para los animales.
Según Santibañez, en su país falta integración en ese tema por parte de las empresas que viven del turismo, lo cual hace muy difícil e incómodo un viaje con mascotas. “Esa es una de las razones por las cuales la demanda no es muy alta en Chile, por ahora. En ocasiones las personas que viajan con sus mascotas se sienten excluidas y como 'bichos raros' por sentir tanto cariño hacia los amigos de cuatro patas”, agrega Sirce Santibañez. Pero para muchos ésta es una situación que se ha ido desvaneciendo aunque lentamente, el camino se ha allanado para hacer de esta una opción con menos dificultades.
La meta es seguir la lección que en ese sentido le dan a Latinoamérica países como España, Alemania, Austria o Inglaterra. Viajar con perros o con cualquier animal puede ser muy molesto por la cantidad de trámites y de cuidados que ello implica en todas las etapas del viaje, pero el mercado local se está adaptando a eso por una nueva filosofía y manera de pensar que ha surgido con las generaciones presentes.
“Naturalmente esta oferta está supeditada a las instalaciones de cada establecimiento y a los mercados que pretende alcanzar. En nuestro hotel vivimos todos los días la experiencia de ver crecer la demanda. Corroboramos que esta iniciativa es bien recibida gracias a los comentarios de nuestros seguidores, amigos e invitados y tenemos muy buena respuesta a las estrategias que implementamos”, asegura Mauricio Linder, gerente general del Hotel Brick, ubicado en México.
Según indicó Diego Lofeudo, director de marketing de Hoteles.com e integrante de Expedia, de los más de 11.000 establecimientos hoteleros que existen en España, sólo el 23% admite mascotas, cuando el 27% de los hogares tiene un perro y el 13% un gato. “Pocas regulaciones hay al respecto, excepto cuando se trata de un perro guía o acompañante para invidentes o discapacitados”, complementa Lofeudo. Implementar y regular esta práctica es urgente para el mercado latinoamericano.
En algunos países que ya han avanzado en este tema es posible encontrar que les es permitido a los ciudadanos abordar un vehículo de transporte público junto con sus mascotas, siempre y cuando ésta tenga bozal y su amo pague el pasaje adicional. Hace al menos un año en Medellín, Colombia, también se regularizó el ingreso de animales al servicio de transporte masivo (Metro), con restricciones precisas de tamaño, peso y aditamentos como bozales y traillas.
Servicios exclusivos para peludos
La filosofía pet friendly es mucho más que acomodar en la habitación una cama para perros o gatos, debe ser una manera sincera de vivir y asumir la convivencia con los animales. “Nosotros no nos conformamos con darle una recibimiento y un tratamiento especial a las mascotas, además les brindamos comida y agua a los perros que pasan por la acera de nuestro hotel.
A los huéspedes animales los invitamos a pasar a nuestros restaurantes en compañía de sus amos y les permitimos el ingreso al lobby bar. Nuestros huéspedes animales reciben el mismo trato que nuestros huéspedes humanos”, enfatiza Linder. Los hospedajes rurales y de playa son los más avanzados en este tema, sus instalaciones se prestan para ofrecer toda la comodidad de la que precisa un animal en lo relacionado con esparcimiento, ejercicio, aire fresco y amplitud.
Hoy en día la firma Trump Hotel Collection cuenta con un programa llamado Trump Pets, con políticas pet friendly para todos sus establecimientos, asimismo otras cadenas de alta gama han agregado a su oferta establecimientos amigables con los animales, como es el caso de Marriott, con el Marriott Executive Apartments Sao Paulo y el Santiago Marriott Hotel; Accor, con algunos alojamientos de sus marcas Ibis y Novotel, y el Grupo Meliá, con uno de sus establecimientos ubicado en Cancún y los Cabos, entre otros.
Allí se les permite a las mascotas, y a sus dueños, tener unas vacaciones cinco estrellas: estuche equipado con deliciosos huesos, juguetes adecuados para animales, meriendas de alto valor nutricional, bolsas plásticas para la correcta disposición de los desperdicios sólidos, mapas con rutas para dar caminatas con el animal, contacto con un médico veterinario bilingüe las 24 horas, entrenadores personales, camas, sábanas, entre otras exclusivas atenciones que fácilmente hacen que el invitado se olvide de las dificultades del viaje.
Procedimientos de seguridad
“Aunque por lo general los amos son muy responsables y cuidadosos con los actos de su mascota, es muy importante contar con procedimientos precisos y claros, sobre todo detallados, de aseo, limpieza y seguridad. Desinfectar y limpiar profundamente cualquier habitación donde haya permanecido un perro o un gato es fundamental, sobre todo para honrar al siguiente huésped y que tenga la misma sensación de limpieza y pulcritud que el anterior”, explica Linder. Para el personal que hace el aseo también deben existir manuales de procedimiento a fin de prevenir cualquier tipo de enfermedad, complementa Santibañez.
Asimismo, es vital seguir las normas de salubridad y trato con animales que rigen en cada país. En algunos territorios se instauró un pasaporte para perros y animales domésticos como gatos y hurones que debe ser presentado como lo haría cualquier otro viajero, certificados emitidos por parte de las oficinas de sanitarias de cada país también son exigibles; en otros lugares se ha puesto en marcha la implantación de un microchip electrónico como método de identificación de cada animal; vacunas, historiales clínicos, tatuajes, test anticuerpos, entre otras condiciones hacen parte del plan de adaptación a esta tendencia.
Falta todavía mucha tela por cortar en este tema, los empresarios de la región apenas comienzan a explorar las distintas posibilidades que ofrece esta filosofía y, muchos de ellos, ya están viendo los resultados que pueden obtener, no solo económicos sino en imagen, pues de algún modo inexplicable muchas personas perciben que pueden confiar en aquél que ama a los animales.
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