En la ciudad de Buenos Aires aquellos edificios que tienen más de diez años de construcción deben entregar un informe firmado por un experto, tal como se los exige una ley sancionada en la capital argentina.
La ley existe desde 1999 y responsabiliza a los consorcios por el estado de las fachadas y les exige inspecciones periódicas. Sin embargo, en cifras presentadas al finalizar el 2012, un 20,2% de los establecimientos que tienen esta condición no cumplió con lo ordenado, algunos argumentan que se debe al desconocimiento de la norma, otros por su imposibilidad de afrontar el gasto que dicha inspección representa, por su parte, la Defensoría del Pueblo considera que se trata de una cultura del no pago.
En total son cerca de 240.000 las propiedades afectadas por esta medida, la Ley 257, para cumplirla el propietario debe entregar un informe técnico de un ingeniero, arquitecto o maestro mayor de obra quien firma un certificado de conservación o una solicitud de obras para reparar lo encontrado.
Esta revisión abarca todo lo externo, desde terrazas a balcones y ornamentos y, para edificios de perímetro libre o entre medianeras, laterales y contrafrente. Los de 10 a 21 años, deben hacerlo cada 10 años; de más de 21 a 34, cada 8; de más de 34 a 50, cada 6; de más de 50 a 71, cada 4; desde los 72, cada 2 años. Quedan afuera los de una planta, salvo con salientes.
Según datos de la Agencia Gubernamental de Control (AGC), el año anterior (2012) la Ciudad multó 7.328 inmuebles y llamó la atención de 41.127 más por no presentar el informe.
Tal y como lo explicó Samuel Knopoff, presidente de la Federación de Asociaciones de Consorcio, es un gasto imposible de afrontar, salvo para edificios de alto poder adquisitivo. El 70% de las expensas van al pago de sueldos y a las cargas sociales del encargado y queda a lo sumo el 10% del presupuesto para dedicarlo al mantenimiento.
Por su parte, Adrián Hilarza, de la Asociación Civil de Administradores de Consorcios de Propiedad Horizontal, aseguró que la inspección representa una cuota extra representativa en el costo de administración de la edificación y los costos son variables.
El estudio está sujeto a las tarifas que cobren los profesionales, por eso los valores pueden dispararse. Es posible que la inspección ocular no baste y se exijan estudios específicos, lo que puede aumentar la cifra, por otro lado es necesario contar con que es posible que se necesiten reparaciones y, a su vez, una nueva verificación de las reparaciones para extender el certificado.
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