Hoy en día muchos establecimientos hoteleros han realizado cambios en los sistemas de calefacción, aire acondicionado, iluminación, lavandería y cocina, además han implementado prácticas como el reciclaje, reduciendo sus consumos de agua y energía, alcanzando un ahorro entre un 40 y 50 por ciento
Por su parte, algunos turistas han tomado conciencia de la situación del planeta y aproximadamente el 48% de los viajeros solicitan alojarse en un hotel amigo del ecosistema de acuerdo a los datos de la OMT.
Estos huéspedes se hacen partícipes mediante la posibilidad que les dan los establecimientos de elegir si sus sábanas y toallas se lavan o no a diario, separar la basura en la habitación, reutilizar los contendedores de jabón y shampoo, así como apagar las luces y equipos electrónicos al dejar la habitación.
No obstante esta consciencia ambiental se ve atropellada cuando ingresan al hotel algunos clientes que no contribuyen con la política verde porque les parece que pierden mucho tiempo mientras encienden las luces de nuevo, conectan y desconectan sus portátiles o se olvidan de seleccionar la opción de que el lavado de blancos no se realice diariamente.
Al respecto me surgen muchas preguntas como: ¿Qué tan ecológico puede ser un hotel si sus huéspedes no aportan a esta labor? ¿Cómo pueden los hoteles concientizar a sus clientes de la importancia de ahorrar agua y energía, además de reciclar?
Pueden ser muchas las estrategias que se podrían poner en práctica para que la responsabilidad ecológica de la industria siga por el buen camino, quizá los administradores hoteleros deban realizar una capacitación sobre el tema a las agencias de viajes o tour operadores, quienes a su vez transmitan la información a los posibles clientes, o también a los hoteles les corresponda establecer pautas que no pueden ser infringidas durante el alojamiento, con el fin de lograr que cada huésped contribuya en esa responsabilidad ambiental.
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